Noticia
Repugnancia subterránea
Underground disgust
Donde los codos son demasiado prolongados,
la desatención es cortés y de vitrina diáfana,
e imperdonable.
Señor, perdónelos,
por saber muy bien lo que hacen,
por batirse el cobre defendiendo posiciones,
y difuminar aún más el ojo ya semi apagado
por la proximidad del ocaso.
Orión y Casiopea
sin raison d’etre,
los iris van pesando demasiado
por la acumulación de futilidad,
por el vacío abyecto,
por energía sin pasado.
