Poesía
(sin título)
CXLVII
Puedo recordar ser, si el velo
agito, haber sido un ala
matada en pleno vuelo
del pecho en una bala.
También puedo ser recuerdo
apuntando al pecho blando
acariciando el gatillo el dedo
y el dedo el gatillo apretando.
CLXXXVI
Para el pintor
el color
como para el pastor de ganado
el cayado.
Para el carpintero la sierra
y para el rebelde la idea
o la tinta o la mente;
O digna una vida
o una digna muerte.
Al rebelde le valdría
tan sola la rebeldía.
CC
Rápido, más rápido
que el paisaje sea
apenas trazado, garabato,
raspón enajenado.
Algo menos que tridimensional.
Veloz, insensatamente,
nubes lejanas despeinándote
a infinitos fotogramas por segundo.
Kilómetros, revoluciones,
números muy superlativos.
Millas de adrenalina,
rápidas, más rápidas.
Barreras del sonido
que no son barreras.
Acelera,
el suelo es mentira,
el horizonte es mentira,
acelera.
CCVIII
Viejo sueño americano
persevera, viejo y sueño.
No entiende de acero o soldados,
de dólares o impuestos.
Viejo sueño americano,
soñabas con mote fresco.
En tus sueños de tabaco
de ayahuasca y de sampedro.
Vino un dios de duro pecho,
barba larga, voz de rifle.
Cambió por tu viejo sueño
pesadilla matarife.
Viejo sueño de la América,
tras nueve vueltas al mundo
tu maquinaria bélica
parirá un Quetzal maduro.
Aguarda sueño milenario.
Todo cambia, todo queda.
Tus duros pies de baquiano
volverán a la maleza.
Viejo sueño de la América,
acecha paciente, aguarda;
una semilla pequeña
de un viejo sueño basta.
