Poesía
El abismo de la frontera
El abismo en la frontera
Y me posé en la rama quebrada en el suelo,
desplegaba raíces en la tierra recordando ser fruto.
Y me senté en el tronco de cálidas maderas
cuya copa alzaba sus hojas acariciando al cielo.
Miré el horizonte de un campo pensando en sus ojos,
quebraban la oscuridad como firme relámpago.
Eran tan humanos que los creí divinos,
y los deseché del presente por mejores ternuras.
Aquel paisaje agitado, salvaje, extraño, incomprensible…
como el recuerdo de cierta mujer.
Que el eterno abismo siembre la frontera.
