Literatura
AHORA

Ahora cuando me he desprovisto de toda mi ropa. Cuando las manos intentan acariciar los versos que no nos dimos.
Ahora es el momento de convertir todo lo prohibido en una secuencia. En una torre eléctrica que enganche un pequeño axioma en los labios.
Ahora indica el luminoso de la calle, que estamos listos para ser únicos. Que la balanza gira adelante, no para uno u otro. No para los que callan acobardados por la tormenta.
Ahora es el último trago de la botella. El último paso a la meta. El último escalón hacia la claraboya. El esmalte que dejé encima del lavabo.
Quisiera, en un único momento, socorrer a la aurora una vez me desnude de todos mis miedos. Cuando sepa besar a Pandora y todos sus arrecifes. Cuando sepa contestar con la palabra agraciada, cuando sepa sonreírte y sepa utilizar correctamente los nombres que sé decirte, pero cobarde intento disimular escuchando un devastador estruendo en mi cabeza.
Deberíamos subir a la montaña más alta,quedarnos quietos como el lobo, contemplando lo insoluble de la inercia; que la existencia de todas las abejas se reduce a un pequeño hueco en la escalera, a la similitud de un vértice con su ángulo contrario.
Ahora.
¡Qué difícil es decírtelo! A las dos de la mañana, es imposible poner acento al sabor de tu sombra sin tenerla.
Es imposible poder marcar el teclado si no pienso, lo estúpido que resulta, poner una rosa en un florero, maquillada con la esfinge de un pétalo que ha quedado moribundo, ante la incapacidad de ser impermeable, a la locura…
