Poesía
Al quite
Apuntando con el dedo a todo dios pa’ que se sepa
que yo también pertenezco a ese cielo.
Ya sé
que si no sigo el camino recto
es porque soy yo el que me tuerzo,
pero no porque tropiece,
sino porque camino y bailo,
siempre al mismo tiempo.
Y ahora,
pienso que es por miedo
al demonio que se me esconde pegadito a la pared del pecho,
por lo que la cabeza agacho
al recordar las noches,
porque el recuerdo hace ruido
y si hago ruido lo despierto.
Sin embargo, vivo sigo.
Sin embargo, vivo.
Sin embargo, sigo.
De mi no digan nunca que he muerto,
digan que pasé a otro plano,
que en este estaba todo hecho,
que tomé forma de estrella,
que soy una pluma y que por fin vuelo.
Que ahora soy
ese apice
de aire
que le quitas
a otro cuerpo
suspendido
frente al tuyo.
Que soy gota de sudor o de rio.
Sea como sea,
siempre digan que estoy vivo.
