Poesía
Caminemos de la mano
También
Entonces esta noria se despierta
y me despierta sin piedad,
yo que tan a gusto sueño a veces,
y dice que caminemos de la mano sin haberme sacado aún de la cama,
que las montañas han llorado suficiente,
que un delfín te observa al otro lado del cristal,
las tazas están listas en el suelo
de ese parque
y suelo habrá más adelante,
de la mano
y tiempo habrá más adelante,
quedará
para ir llegando al venidero
mientras todo lo que importa
pasa.
Al venidero vaso, viso, vals,
al venidero cuenco de vinagre de esta trayectoria,
al venidero muelle de pájaros
a la venidera arcilla
a la venidera ala de silicio
en la que esta sonrisa
se hace inmortal.
Pero en este dique tan permeable,
en esta estación para el verano,
esta lona insalvable a punto de ceder
al margen de la tele
con el teléfono apagado
y cambiando de costumbres
como el viento de sentido
caminemos de la mano
también.
