Poesía
Locomotora Jack
Ejercicio 119
“O tren que me leva
pola beira do Miño
me leva, me leva
polo meu camiño.”
(Andrés do Barro)
Si se lo explico lo entenderán:
estas letras son el alimento
de mi combustión externa,
cada trozo de madera,
cada pieza de carbón
es manufactura de Xi’an
con su rostro pareidólico propio.
Ya, no lo comprenden. Yo sí
y me basta para vivir entre lindes flojas
por donde arrastran los pies los trenes
que me transportan,
tran tran, tran tran,
quién llevará a quién,
quién destripará los trastes
a esta guitarra mental,
tran tran, tran tran,
los bólidos me adelantan,
mas pronto se estrellan,
tran tran, tran tran,
triste si la muerte me despeina
sin vástagos que hereden mis cabellos,
tran tran, tran tran,
tal vez el próximo tren sí admita viajeros
cuando veas su locomotora sonriente,
tran tran, tran tran,
más materia, más materia,
es mi tierra,
tran tran, tran tran,
no debo detenerme,
deceleratio necesse,
sed non detentio,
tran… tran… tran…
le contaré una milonga
al cambiagujas,
pero saldré a toda máquina
cuando pretenda abrazarme,
trantrantrantrantran,
más almas a la caldera
trantrantrantrantrantran,
perdemos suelo,
trantrantrantran,
tiembla la mercancía
en los vagones;
se desconoce a sí misma,
trantrantrantrantrantrantran,
enfilamos la curva,
nos vaciamos de espaldas
con nocturnidad y descampado,
trantranCRASH.
Si los milagros me asisten
lo hacen como balas silbando
a través de mi sesera.
¿Lo entienden ahora?
Por eso aquí me tienen,
recogiendo leños y antracitas
ahora que nadie me ve
esperando a que pase el próximo convoy
para asaltarlo
y seguir mi camino.
