Poesía
Nómade
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NÓMADE
Y te devuelves, a la mano que te abre,
al rayo que pares, a la luciérnaga noche
de indómitos fuegos.
No estás si no quieres,
comienzas en todo y en todo te dejas
las huellas lunares, la sed que despiertas.
A veces, entonces, te cuelgas del sueño
de aviesos pulgares, de nombres sin hombre
y se astillan tus dones, cansinos, cetáceos
en darse a racimos plagados de areolas.
Quisieras de veras hilarte los ojos
al golpe del cielo que verde oscurece;
haciendo del seno, del vaso y del higo
tu tiempo en la carne, la carne que mojas.
Y vienes, y caes
enredada a ti misma, frugal e inasible
como un canto de agua
en el umbral de la risa.
Pareces de todo arder en las uñas,
cegarte de albores los iris licnobios,
surgir del ombligo de la erección del tiempo,
del estornudo prostático
con que embriagan sus llantos
tus hijos nonatos.
©Daniel Mendoza

Noemi Carrizo
29 junio, 2017 at 9:03 pm
No tengo idea como llegué hasta este blog, pero repito una vez y otra leerte es mi fuente de inspiración, es el remanso donde descansa mi alma y es mi corazón con alas que vuela hasta tus letras!
Daniel Isaac Mendoza
1 julio, 2017 at 6:34 pm
Noemí, muchas, muchas gracias; vuestra siempre presente amistad y palabra son alas para mí. Os abrazo.
Noemi Carrizo
29 junio, 2017 at 9:03 pm
No tengo idea como llegué hasta este blog, pero repito una vez y otra leerte es mi fuente de inspiración, es el remanso donde descansa mi alma y es mi corazón con alas que vuela hasta tus letras!