Testimonio
Lorca
la voz del silencio
Durante seis años consecutivos la plaza de Santa Ana, se llenaba de artistas comprometidos,luchadores de la libertad,y sobrevivientes de tiempos muy grises. En una palabra Lorquianos. Así fue durante seis veranos consecutivos . Seis veranos en los que la plaza situada frente al teatro Español se llenaba de vida. ¡Tanta! que incluso si uno prestaba atención podía ver a la estatua de Federico sonreír desde su pedestal.
Pero este verano Federico García Lorca ha sido asesinado nuevamente por las mismas balas que lo mataron hace 84 años. Pero en esta ocasión las balas no son de plomo ni queman la piel tras su impacto. En esta ocasión son balas de prohibición y de silencio. Balas que matan y que queman con la misma violencia, que aquellas que antaño perforaron la piel de nuestro poeta. Este año Federico a vuelto a ser asesinado cruel y dolorosamente por los descendiente políticos de aquel pelotón de verdugos que no osó mirarle la cara.
Pero la voz de Federico no se silencia ni se enmudece jamás. Y su eco retumba por los pueblos más sonora más viva que nunca.
»En la bandera de la libertad bordé el amor más grande de mi vida»
Federico García Lorca
Desde aquí sumo mi voz a todos los silenciados. Y mi voz, a la voz muda del poeta. Quien 84 años después ha vuelto a las oscuras fauces del lobo. Y a las oscuras garras de la cuneta.
Y lo hago con dos poemas de un poemario tan actual como necesario en en este 2020. Poeta en Nueva york.
